Angustia por separación: cómo gestionarla

La ansiedad por separación es una fase normal por la que pueden pasar todos los bebés y niños pequeños. Una de las claves mas importantes es mantener la calma y tener paciencia durante esta fase.

La ansiedad por separación es una parte normal del desarrollo y se observa con más frecuencia hacia los 8, 12, 18 y 24 meses de edad. Puede afectar a los patrones de sueño y causar angustia tanto al niño como a sus cuidadores.

Signos de ansiedad por separación

Aferrarse a los brazos de los cuidadores cuando llega el momento de dejarlos
Resistirse o rechazar la hora de acostarse, y llorar o tener rabietas en los momentos en que se separan de sus cuidadores o los pierden de vista.

Estos comportamientos pueden parecer abrumadores para todos los implicados, pero entender por qué se producen puede facilitar su manejo.

Causas de la ansiedad por separación

La ansiedad por separación suele producirse durante los hitos del desarrollo, como cuando un bebé empieza a gatear o a caminar lejos de la seguridad de los brazos de su cuidador. También por cambios en la rutina, como empezar la guardería o la escuela por primera vez; cambio de la cuna a la cama, la llegada de un nuevo hermano o mudarse de casa.

Soluciones para la ansiedad por separación

Jugar al escondite. Dependiendo de su edad, puedes jugar a esconderse o taparle la cara con una manta cuando gatee o camine por la casa. Así aprenderá que, aunque no te vea, ¡volverás!
Cuando llegue el momento de la despedida, asegúrate de hacerlo afectuosa pero brevemente. Evita salir a hurtadillas, pues esto podría crear más ansiedad a tu bebé, ya que no entenderá por qué te ha dejado de ver.
Crear una rutina para acostarse. Pasa más tiempo con él antes de dormir para que tu presencia se convierta en parte de la rutina, como leer cuentos juntos o cantar canciones. Hacer cosas juntos, dedicando un tiempo exclusivo con él, también ayuda a crear asociaciones positivas entre las actividades y estar separado de ti.

La ansiedad por separación es una parte totalmente natural del desarrollo infantil que muchos niños experimentan, con paciencia y comprensión se supera sin problemas.