Llega el verano y las esperadas vacaciones, pero ¿cómo lo llevará nuestro bebé?, ¿dormirá bien? Para garantizar que el descanso de vuestro peque se vea afectado lo mínimo posible fuera de casa, os recomendamos tener en cuenta estos consejos.
Lo primero que debemos considerar al hacer las maletas es que hay que llevar los artículos de dormir que le resulten familiares: sábanas, objetos de dormir tales como pijama mas cómodo que use, bajera, … y por supuesto su peluche u objeto de apego. Estos elementos le recordarán a su propio lugar de dormir y propiciarán el sueño.
A la hora de planificar el viaje, debemos priorizar llegar una hora antes de dormir para que se pueda adaptar a los cambios de ambiente. Una nueva casa ofrece muchos estímulos y puede afectar al sueño. Le mostraremos el lugar donde va a dormir (podemos jugar un rato allí para que se familiarice con el entorno) y nos aseguraremos de que haya oscuridad durante la noche, que la temperatura sea adecuada.
Otro factor clave son las rutinas: practicaremos las mismas de casa (canción, cuentos, baño o aseo, etc.) siempre en el mismo orden, puesto que para el peque saber lo que va a pasar le da seguridad.
¿Es necesario cumplir a rajatabla los horarios? Es diferente en cada caso. Podremos ser más flexibles si duerme bien durante el resto del año, pero si no tiene consolidados los horarios, los cambios le afectarán mucho. Si son vacaciones largas, os proponemos ajustar las horas poco a poco en los primeros días.
Preparando la vuelta a casa
Al regreso, seguiremos las mismas pautas relacionadas con la hora de llegada, el ambiente, las rutinas y los horarios. Es recomendable que invirtamos más tiempo en la relajación antes de dormir. Y cuando toque retomar las clases, lo haremos también poco a poco adaptando los horarios que traíamos antes de vacaciones.
¡Buen viaje y dulces sueños!
#dormirsaludablemente 🙂
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