Las siestas son muy importantes en la primera infancia y tienen unos beneficios demostrados para el desarrollo de los bebés. Sin embargo, al igual que ocurre con el descanso nocturno, es común que se presenten dificultades: en este artículo te contamos los principales problemas y cómo resolverlos.
Problema: Le cuesta dormirse
Debemos ponerlo a dormir cuando empieza a mostrar signos de cansancio (se frota los ojitos, está irritable, se le caen los párpados…), ya que si esperamos mucho se pondrá molesto y le costará mucho dormirse. Tampoco debemos dejar que se quede dormido en brazos o en la sillita: acostarlo despierto lo acostumbrará a dormirse por si mismo además de poder conectar sus ciclos de sueño mientras necesite dormir.
Problema: Se despierta y ya no se duerme
Intentad tranquilizarlo hablándole con voz suave, cantándole, etc. y sobre todo, darle la oportunidad de que ejercite su propia habilidad para calmarse y dormirse por sí mismo: no hace falta saltar a su lado y sacarlo de la cuna al primer ruido. Cuando despierta llorando puede que tenga sueño pero no logra volver a dormirse, por el contrario, si despierta tranquilo, es una buena señal de que ha dormido suficiente.
Problema: Retrasa la siesta de la mañana, o la alarga demasiado y luego no quiere dormir por la tarde.
Esto es algo común en bebés en torno a los 15-18 meses y en realidad no es un problema, sino un signo de que vuestro pequeño está preparado para pasar de dos siestas a una. Probad a suprimir la siesta uno de cada cuatro días, y así progresivamente, observando como pasa la noche. En los días cuando duerma menos siesta, siempre le favorecerá adelantar la hora de dormir. Sed flexibles: la transición de dos siestas a una toma unas tres semanas.
Problema: Dice que no quiere dormir y luego tiene sueño
Hacia los tres años es habitual que abandonen paulatinamente la siesta, aunque esto varía de unos niños a otros. En ese caso, debemos proponerles actividades relajantes y sustituir la rutina de sueño por una de “tiempo en calma”: leer cuentos o jugar tranquilamente con pocos estímulos en su habitación o en una habitación segura donde pueda pasar este momento. Si lo hacéis así, adelantad la hora de acostarse por la noche para evitar que despierte muy pronto por la mañana, se despierte por la noche o se desvele.
Cada niño tiene sus preferencias y sus circunstancias particulares, si tenéis cualquier duda contactad conmigo y os aconsejaré sobre la mejor manera de ayudar a que vuestro hijo
#dormirsaludablemente 🙂
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